Así lo hace saber una vecina que tuvo varios centímetros de agua dentro de su vivienda, en la última crecida del río Rojas hace casi un mes.
Y precisamente, transcurrido todo ese tiempo, las autoridades municipales no han realizado ningún trabajo aunque más no sea para amortiguar los efectos de una próxima inundación que sin dudas será inevitable cuando vuelva a llover un par de días seguidos.
Esto es así, porque lo está demostrando la cruda realidad. En lo que va del año ya pasamos en tres oportunidades por esta lamentable y desagradable situación. Basta ver, como muestra la vecina, el estado de las calles luego que en la madrugada de este miércoles pasado cayeran un par de gotas de lluvia. Resulta evidente que la tierra en todo ese sector no está en condiciones de absorber nada de agua.
Mientras tanto los habitantes de este sector del barrio deberían recibir una atención especial de parte del Estado tanto municipal, provincial y nacional. Es su obligación.