Alrededor de las 14 horas de este miércoles 11 de diciembre, un grupo de habituales ciclistas que entrena en esa ruta, fue el primero en dar el alerta sobre esta situación a través de las redes sociales.
Los propios ciclistas se encargaron de juntar los bidones y llevarlos al corralón municipal donde deberían darle la deposición final que corresponda.
En cuanto a cómo llegaron estos envases a ese lugar, se especula en primer lugar sobre la posibilidad de que hayan caído de un vehículo y su conductor no hubiera advertido tal circunstancia, situación ya reprochable o que (aún más condenable) hayan sido dejados adrede.
Lo concreto es que seguimos sin tomar conciencia sobre los peligros concretos y reales a los que todos estamos expuestos.
Y de más está decir que se debería realizar una investigación sobre el hecho y las propias instituciones del agro y empresas que comercializan esos productos ya tendrían que haber condenado lo sucedido y ponerse a disposición de las autoridades para colaborar con datos sobre los registros de los bidones en cuestión para seguir su recorrido si es que se compraron aquí en nuestra ciudad.