Luego de meditarlo un buen tiempo tras haber estado en el ojo de la tormenta, enfrentado a un minúsculo grupo de feligreses, el cura Gustavo Albrecht decidió permanecer en Rojas, junto a su rebaño, donde está haciendo un gran trabajo como pastor.

Vale recordar que se había armado un gran revuelo tras sus declaraciones en un sermón que tal vez "sea mi última misa" en Rojas, lo que despertó un sinnúmero de voces a su favor para bregar por su permanencia en la parroquia San Francisco de Asís.

Hasta el intendente Romás Bouvier le dedidó unas palabras en las redes sociales, en las que manifestó su apoyo al padre Gustavo aún sin saber qué es lo que había sucedido en concreto.

Más allá de esas rispideces mantenidas con unas pocas personas, el sacerdote se queda en Rojas y retoma su trabajo pastoral, ese que le permitió mostrarse tal cual es y tener presencia donde se lo requiera, ese que le abrió las puertas al corazón de muchos creyentes, sobre todo la de aquellos que se habían alejado de la Casa de Dios.