En estas épocas de ajuste, no sólo de las tarifas de los servicios públicos básicos y esenciales para la subsistencia digna de las personas, sino también de acciones gubernamentales que afectan derechos como la educación, la salud, las jubilaciones, las pensiones por discapacidad, entre las más importantes, la Defensoría del Pueblo se ha convertido para la comunidad en el lugar donde pueden sumar voces y hacerse escuchar más fuerte con sus reclamos.

Y más allá de los resultados en la justicia de sus planteos, las gestiones que realiza el delegado local de la oficina, permiten colocar la cuestión en la opinión pública, generando adhesiones que en muchos casos llevan a quienes gobiernan, a revisar las medidas que causan estas controversias.

El abanico de temas que tratan es muy amplio, y si  bien en la mayoría de los casos se busca generar demandas colectivas, también se llevan adelante gestiones por problemas estrictamente individuales.

En estas últimas semanas, desde la Oficina local se han impulsado reuniones por la problemática de los perros sueltos en la calle, de los asfixiantes aumentos de las tarifas eléctricas, entre los más notorios.

Recordamos que tiene su sede en calle 9 de julio al 350, entre Alvear y Alem, y atiende de 8 a 13 horas.