Fuente: Agencia NOVA
La polémica, tumultuosa y supuesta separación de Wanda Nara y Maxi López involucró hasta a sus allegados. Era muy difícil que ante, una eventual ruptura de esas características, el entorno de la pareja no resultara dañado, sobre todo por los intereses que se ponen en juego al tratarse de una cuestión sobre la que los medios posan su atención con tanta insistencia.
En estos momentos se cruzan las desmentidas y las versiones, y hasta la abogada de la modelo, negó que el matrimonio estuviera viviendo en techos separados. También lo negó la propia esposa a través de su cuenta de Twitter. El escándalo estalló cuando Wanda, embarazada de cuatro meses, declaró que se había separado porque su marido la “decepcionó”, dando a entender que el ex River le había sido infiel.
En ese tren de acusaciones, Wanda Nara apuntó contra Darío Bombini, el representante del futbolista. La modelo lo acusó de “llevar por el mal camino” a Maxi, de hacerlo participar de fiestas y presentarle mujeres.
Sin embargo, las imputaciones de la modelo distan de acercarse a la realidad. Lo cierto es que Bombini, titular de la empresa IMG -encargada de representar futbolistas-, siempre bregó por cuidar los intereses de la pareja, en sentido opuesto a lo que Wanda declaró en diversos medios.
Tras el estallido de este escándalo, la modelo no apeló a otro recurso que el de presentar excusas para explicar su aparente crisis matrimonial. Darío Bombini, oriundo de la ciudad bonaerense de Rojas, priorizó siempre el bien de la familia a la hora de manejar la carrera del futbolista, y así se lo sabe reconocer el propio delantero.
Dicen los allegados a la pareja que el representante tiene afecto por los dos, y que no quiere que se separen. A la luz de la desmentida de Wanda a la publicación de la revista Caras, los hechos parecen reafirmar las intenciones de Bombini.