Al parecer lo acomodaron nomás a Osmar Vivero, quien hasta hace pocos días se desempeñaba como director de Servicios Urbanos. Al vendedor de autos se lo ve todos los días sentadito en la Oficina de Compras, muy cómodo (al parecer) cobrando su suculento sueldo.

Eso sí, ya no podría salir a vender autos tan plácidamente como lo hacía hasta hace una semana atrás. El hombre, que no puede ocultar su descontento, no puede ser echado de la gestión porque es parte del acuerdo entre la UCR y el PRO. Lamentablemente ese entuerto le sale muy caro a la población que no entiende cómo puede haber funcionarios así.

Dicen, en la parte más íntima del gobierno municipal, que Vivero fue una especie de “Cabeza de Turco”, ya que no sabían cómo hacer para sacarlo del lugar y lo enfrentaron a los empleados municipales. También comenta alguna “Comadre de Rojas” que desde “arriba” le dieron la orden al vendedor de coches para que no pagara más las horas extras porque se la iban a ver muy fea con el aguinaldo.

Vivero cumplió la orden y se le vinieron los muchachos del Corralón al humo. Entonces entró en escena el secretario de Hacienda y Coordinación, Cristian Ford, para descomprimir la situación. Según los rumores el mismo Ford habría dado la orden de cortar las horas extras, pero fue Vivero quien se comió el garrón.

“No pasa nada, todo va a salir bien”, fue lo que le habrían manifestado a Vivero quien se desempeña en la Oficina de Compras con cara de “Yo no fui” y sus compañeras lo miran de reojo como sapo de otro pozo.