Ante las denuncias y quejas de vecinos que acuden periódicamente al Paseo de la Ribera, sobre el estado de sus instalaciones, nos llegamos al lugar y pudimos constatarlo.
Es realmente lamentable el estado en que se encuentra, resultando una mezcla de vandalismo y desidia.
Bastaría con decir que hay juegos que directamente han desaparecido como los de madera que se encontraban a un costado del tótem, ocurriendo lo mismo con la mayoría de las mesas con bancos y sombrilla, que han sido destrozados, utilizando los vándalos, incluso las distintas partes para encender fuego.
La cancha de vóley ha quedado cubierta por pastos y basura. El pavimento de la pista de ciclismo está resultando víctima del avance del pasto.
Y ante estas situaciones, el Estado en este caso municipal se ha mantenido ausente, ya sea tanto para prevenir, como para reparar cada cosa dañada.
Es de esperar que se reaccione a tiempo, y se recupere un lugar que la población ya había elegido como un excelente lugar de esparcimiento.