Y asimismo consideran importante que se construyan las rampas en las esquinas, ya que el constructor de los cordones recién observo este olvido a partir de la calle Constitución. Y más allá del estado de las veredas, si hablamos continuamente de inclusión, debemos actuar en consecuencia.
Los inconvenientes que manifiestan sufrir los vecinos por esta situación, son múltiples, sobre todo quienes deben guardar sus vehículos en el garaje y la suciedad constante que genera.
Recordemos que el Municipio al comenzar la obra, anunció que la empresa adjudicataria, se haría cargo de la reconstrucción de las aceras, la colocación de los árboles en los lugares donde fueron extraídos, las cañerías de desagüe y cualquier otro daño que resultara de los trabajos realizados.
La ansiedad de estos vecinos se traduce en la cantidad de meses que han transcurrido desde el inicio de la obra y principalmente del mes que ya pasó desde que culminó el reasfaltado.
Algunos pocos frentistas ya han encarado la reparación por su cuenta, pero la gran mayoría aguarda que el Municipio cumpla con su palabra.