La llamada anónima que presuntamente denunció a un hombre por vender drogas en la localidad de Rojas no aparece, las decenas de autos y motos que dicen iban con gente para comprar estupefacientes a su casa son invisibles y la presunta cocaína que secuestraron en la casa del padre era leche en polvo.
Las pruebas no aparecen, pero Matías Preciado, de 37 años, está detenido desde el 4 de abril pasado, a pesar de que él mismo había denunciado que le iban a armar una causa por denunciar connivencia de policías y fiscales con narcos.
Preciado llevó adelante una huelga de hambre prolongada en una de las cárceles de Junín y hasta se selló la boca con pegamento. Su salud está delicada: el mal funcionamiento de la vesícula amenaza con transformarse en una pancreatitis. Y denuncia al Juzgado y al Hospital de Junín.
La acusación por tenencia de estupefacientes para comercialización la llevaba adelante la UFI Número 8 de Junín, pero ahora pasó a la Fiscalía General de esa localidad.
La Fiscalía General detectó las irregularidades y pidió de manera urgente que presenten las pruebas en contra de Preciado, quien compareció en ese organismo el lunes pasado.
Sin pruebas la causa se cae y debe archivarse. Ese es el ABC de la justicia. Pero por ahora eso no ocurre y para el detenido se trata de una venganza corporativa de la fiscalía. Es que Preciado denunció a dos representantes del Ministerio Público Fiscal de apellidos Pedernera y Lopardo.
El detenido está convencido de que están esperando que su salud empeore y muera. De esa manera esquivarían el papelón de esta investigación.
La Fiscalía General de Junín pidió las llamadas entrantes y salientes del 30 de junio de 2021 de la Dirección de Tráfico de Drogas Ilícitas de Junín y las del 26 de octubre de 2021 de la División Unidad Operativa Federal de Pergamino.
El organismo busca esa famosa llamada anónima que no aparece y que explicaría el armado de la causa.
En el comparendo en la Fiscalía General, Preciado aportó un celular con decenas de videos en los que se ve cómo opera la banda narco de un hombre conocido como “El Cordobés” en Rojas, y en uno de ellos se lo ve decir que se dedica armar causas para que detengan a perejiles.
Preciado quiere que intervenga el Tribunal de Casación Federal para dar un corte a la angustia de estar detenido, siendo inocente.
El detenido considera que con él la justicia está cometiendo el delito de abandono de persona por sus denuncias a los dos fiscales.
Medidas extremas para que lo escuche
Harto del silencio judicial y ante la falta de respuestas ante sus reiterados pedidos de ampliación de indagatoria, a principio de este mes, Preciado se pegó la boca con un pegamento reconocido en el mercado (La Gotita) luego de 40 días de huelga de hambre de alimentos sólidos y tras bajar 20 kilos, en forma de reclamo y para demostrar que a partir de ahora no va a ingerir ni siquiera líquidos.
En cinco breves videos, Preciado explicó cómo fue que le armaron la causa y se filmó en el momento que selló los labios.
Junto a los videos, en cuatro hojas manuscritas, Preciado contó los detalles sobre cómo dos jefes de la Policía Federal de Pergamino (Federico Galarza Puig y el “Negro” Castro) en connivencia con fiscales y un narco conocido con el alias de “El cordobés”, terminaron armando una causa que lo dejó tras las rejas.
Como se recordará, vecinos de la localidad bonaerense de Rojas juntaron dinero y llevaron adelante una investigación para develar cómo funciona una banda narco: grabaron videos, sumaron más de 250 audios y fotos, al simular ser adictos y comprar drogas, todo por la inacción policial y sospechas de connivencia.
Entre los vecinos que llevaron adelante la investigación se encuentran allegados de Preciado. “Todo discurso, cero evidencia. Me tienen preso sin pruebas. Yo anuncié un año antes de que me iban a armar una causa, así fue y nadie hace nada”, explicó el detenido.
Desde el entorno de Preciado aportaron a NOVA videos, capturas de pantallas de celulares y audios en los que se percibe el modus operandi de una banda narco en Rojas.
Los denunciantes aseguran que la banda narco la lidera Luis Atilio Suárez, alias “el cordobés”, quien utiliza a su hermano discapacitado, Rubén Alejandro, para llevar desde Córdoba a Rojas estupefacientes.
El mismo Rubén luego hace las veces de delivery, todo ante la zona liberada de la justicia y la Policía, aseguran los vecinos.
Además de los hermanos Suárez, los vecinos afirman que la banda narco de Rojas está conformada también por Carlos Calderón y Sergio Bonjour, los que venden desde búnkeres drogas.
El cordobés Suárez se compró decenas de casas en Rojas, y el sistema policial judicial de Pergamino y Junín hacen la vista gorda.