LA PLATA, Mayo11.-(Por JOSE PICON) Si el desafío pasa por mantener la centralidad, por permanecer en el candelero de la política frente a rivales que están en condiciones de mostrar resultados de gestión, habría que reconocer que Sergio Massa dio en la última semana una nueva muestra de que tiene bien aprendido el libreto.
Le bastó con echar mano al viejo y polémico límite a las reelecciones de los intendentes. Sólo con eso y el amague de llevar la discusión hasta las últimas instancias, Massa se colocó otra vez en el centro de todas las miradas como lo había logrado hace varias semanas cuando salió a cruzar el anteproyecto de reforma del Código Penal.
El líder del Frente Renovador exhibe, en su carrera por seguir al tope de las consideraciones públicas, un olfato afinado. El mismo que le permitió llevar a las distintas expresiones del Frente para la Victoria -sciolismo incluido-, a quedar confinadas en los márgenes de quienes apoyan gestiones enquistadas en los municipios desde hace años, en no pocas ocasiones emparentadas con denuncias sobre prácticas poco transparentes.
Lo curioso del caso es que esta vez, Massa logró llevar agua para su molino con poco y nada. Con una iniciativa para nada novedosa, auspiciada en infinidad de ocasiones por fuerzas no peronistas y resistida, vaya paradoja, por varios sectores que hoy se mueven bajo el paraguas del Frente Renovador.
CONTROVERSIA
La propuesta, además, tiene no pocos aspectos controvertidos y ya surgieron voces que han puesto la lupa sobre la supuesta inconstitucionalidad de algunos de sus alcances. Por caso, el planteo de desdoblar las elecciones de intendentes, que para la Constitución bonaerense deben realizarse en simultáneo con las de legisladores provinciales.
No se trata ya de una inquietud con tono de crítica y descalificación que ensayaron legisladores cercanos a Daniel Scioli y del Frente Unen: hasta algunos miembros del massismo admiten esos puntos flacos. Tampoco el Frente Renovador se mostró monolítico con el planteo de poner coto a las reelecciones indefinidas.
En el variopinto Frente Renovador abrevan intendentes con mandatos de larga data y que, dicen, zapatearon más de un malambo cuando leyeron el proyecto.
Sólo los calmó la explicación final, justamente, el argumento que utilizaron los opositores a Massa para descalificar la embestida contra las re-re: que en términos prácticos, las prohibiciones comenzarán a operar en 2023, porque recién se tomará como primer mandato el que se iniciará en diciembre de 2015.
Aún con todos esos puntos oscuros, el precandidato presidencial ordenó a su tropa avanzar en la Legislatura. “Los vamos a obligar a que digan si están a favor o en contra de las reelecciones”, decían en las últimas horas operadores de Massa en referencia al oficialismo y al resto de los bloques opositores.
Pero los massistas saben que será complejo coronar con éxito la empresa. “Estamos abiertos a introducirle cambios”, ofrecen al resto de los bloques en busca de sumar voluntades. Por las dudas, el Frente Renovador culminó la primera etapa del trabajo de pinzas: presentó el mismo proyecto tanto en el Senado como en Diputados como para avanzar en forma simultánea en ambas cámaras.
EXTREMOS QUE SE TOCAN
Puede que termine siendo sólo una anécdota, pero el proyecto de Massa llegará al debate parlamentario casi 40 días después de que el límite a los mandatos indefinidos fuera puesto bajo análisis por sectores del ultrakirchnerismo.
En una jornada que se celebró hace algunas semanas en la Cámara de Diputados, el camporista José Ottavis habló de discutir posibles límites a los mandatos sucesivos de los jefes comunales, con el argumento de que ni quienes ocupan el cargo de presidente ni de gobernador, gozan de esos privilegios.
No debería sorprender que La Cámpora avalara ponerle freno a algunos barones del Conurbano con los que mantiene relaciones más que tensas. De hecho, bajo el amparo oficial, armó listas en varios distritos para enfrentar a estos intendentes.
Pero los vientos ahora soplan de otro cuadrante. Y las fotos de la unidad que con diferencias de horas surgieron de los plenarios de los peronismos nacional y bonaerense, quizás sean el bálsamo para disimular aquellas tensiones. (Fuente: EL DIA)