Las bombas de estruendo que el Gobierno hizo estallar este jueves temprano por la mañana para recordarnos a todos que era una fecha patria, estuvieron fuera de estos tiempos, donde debemos dar prioridad a la protección de los sectores más débiles de la sociedad, como nuestros mayores, los niños y personas con alguna discapacidad, quienes están atravesando una enfermedad, los animales y todo aquel ser viviente que vea alterada su vida por las explosiones de estos artefactos.
Estuvieron tan desubicados que ni siquiera cumplieron las recomendaciones que ellos mismos hacen a la población sobre el uso de la pirotecnia.
Esta acción no exigía esfuerzo de ningún tipo, solamente con un poquito de sentido común, de saber respetar los derechos de los demás y algo de sensibilidad, se habría evitado.