La ola delictiva creciente parece no tener fin en nuestra ciudad y cada vez son más violentos, con armas y maltrato a las víctimas. Desde el Municipio no pueden controlar la situación y esto parece exasperar al intendente Claudio Rossi y a su secretario de Seguridad, el inefable abogado penalista Miguel Núñez, quien a esta altura debería tomar una decisión sobre su continuidad o no al frente de la cartera.
Este jueves, en horas de la noche, un grupo comando asaltó el supermercado de la Cooperativa de Carabelas, en la sucursal de Rojas, con armas de fuego. Tras el accionar de la policía, los asaltantes fueron detenidos y puestos a disposición de la justicia. Pero los interrogantes que se abren son muchos y hasta de difícil respuesta por parte de las autoridades municipales.
¿Se ejerce la prevención con la cantidad de herramientas que dejó la gestión anterior? Más de 30 efectivos policiales, 8 nuevos móviles para patrullar, 8 patrulleros recuperados de su estado de abandono, un centro de monitoreo modelo en la región con más de 40 cámaras, una comisaría de la Mujer y la Familia, y una escuela modelo de formación de policía.
¿Habrá que esperar una ola delictiva mayor para que las autoridades reaccionen? Ojalá que no suceda lo que a diario acontece en el conurbano o, sin ir más lejos, en ciudades de la zona más pobladas que la nuestra, por citar ejemplos de lo que no queremos como sociedad. Rossi y Núñez deberían dar explicaciones públicas al respecto.