El papel de Mastrorilli

¿Qué le pasa a la justicia juninense?

Desde hace diez años, hay un apuntado recurrente: el fiscal general Juan Manuel Mastrorilli.
Desde hace diez años, hay un apuntado recurrente: el fiscal general Juan Manuel Mastrorilli.

Según un informe del Semanario de Junín, la ciudad pasó de festejar condenas ejemplares a ciudadanos bolivianos que conducían ebrios y que mataron en la ruta a Sol Medialdea y a Miguel Colombo, a una prisión en suspenso para un joven de la comunidad gitana que atropelló y mató a Morena Molina y se escapó.

Pasó de la reclusión perpetua para el asesino de Camila Borda, al “mamarracho” de dos acusados por un abuso sexual, con una diferencia de una semana cada uno.

Y eso que sólo se puede hablar de los casos conocidos. Cuántos más habrá. ¿La Justicia no mide con la misma vara? Todos son interrogantes y preocupaciones, sobre todo porque cualquier vecino algún día puede quedar sentado en el banquillo de los acusados y no tendrá claro cómo lo juzgarán.

Más allá de los reproches personales que se realizan a jueces y fiscales, lo cierto es que en esta historia, desde hace diez años, hay un apuntado recurrente: el fiscal general Juan Manuel Mastrorilli.

Líder de todas las batallas intestinas que se producen en Tribunales, criticado hasta el hartazgo por “sus” fiscales, asiduo aliado de frentes políticos, con resultados de gestión siempre dudosos y transformado en una figura pública cuestionada no sólo en voz baja, sino a través de medios periodísticos, vaya a saber por qué misterios Mastrorilli sigue aferrado a su sillón desde 2008.

Llegó ese año proveniente de Mercedes, a reemplazar a un eterno Elio Abel Lago y tras un efímero paso de Carlos Colimedaglia. Acá supo cobijarse bajo las alas del gobierno meonista, ponerse a la par de Guillermo Tamarit en la UNNOBA y seguir conectado con amplias vinculaciones a través de la amistad que cultivó con el ex funcionario municipal y ex director de Servicio Grupo Junín, Damián Itoiz.

El procurador general Julio Conte Grand recibe casi constantes llamados y visitas pidiendo la separación del cargo de Mastrorilli, y hasta hubo varias competencias entre funcionarios para quedarse con el puesto.

Pero nada resulta. Ni siquiera cuando en 2014 debió enfrentar un trago bien amargo, como fue una denuncia en su contra por la actuación desplegada, junto a la fiscal Silvia Ermácora, en la investigación penal contra el ex intendente Jorge Abel Fernández, por los delitos de enriquecimiento ilícito y negociaciones incompatibles con su función.

Otro momento terrible fue cuando se le exigió la renuncia de su chofer, José Luis Camarro, vinculado a casos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar.

El nuevo caso

Así como lo dice el fomentista Osvaldo Giapor, la Justicia juninense volvió a ser el centro de atracción. Después de varias marchas y sentadas mostrando la foto de un detenido por el caso de una menor abusada y golpeada, nueve días después –tras una lerdísima revisión de cámaras de seguridad- apareció en escena otro sospechoso. Un taxista, al que se detuvo a la vez que se dejaba libre al primer aprehendido.

La conclusión: quedó todo el mundo con la boca abierta. No sólo se sintieron hasta defraudadas las chicas que habían caminado pidiendo justicia con la foto de Tallone en mano, sino cualquier otro vecino común que siguió de cerca los avatares de una causa judicial de película.

¿Quién será el malo? ¿Se habrá equivocado la chica? ¿Algún factor extra influyó en el cambio de rumbo? ¿Aparecerán nuevos personajes?

Poco serio

Parece mentira que con este nivel de improvisación se maneje la Justicia. Todos hablan bien de la fiscal Fernanda Sánchez, a cargo de la causa, y la consideran una profesional seria y comprometida.

Pero está bajo las órdenes de Mastrorilli, que al parecer nucleó en un área la responsabilidad de producir y revisar pruebas. Por eso, Sánchez debió resignar nueve días para llegar a ver lo que arrojaban las cámaras y avanzar hacia el taxista. El relacionista del boliche quedó en libertad, aunque seguirá procesado.

Es tal el desconcierto que esto produjo que no surgieron más voces públicas reclamando ni pidiendo explicaciones. Pareciera que un manto de resignación cubrió la ciudad.

Sólo Giapor volvió a la carga, recordando que “los juninenses no nos merecemos este fiscal general”. ¿Alguien lo escuchará alguna vez?

Giapor, el atrevido

“Como fomentistas y vecinos tenemos un montón de dudas sobre el funcionamiento del Poder Judicial, que está fallando. Tenemos que decir siempre lo mismo: la justicia lerda no es justicia. Si para conocer las imágenes de una cámara tardaron nueve días, no es justicia”, atronó Giapor ante la requisitoria de Semanario.

Además, el fomentista advirtió: “Y si estas cosas siguen sucediendo, vamos a tener verdaderos problemas”.

El titular de la Federación de sociedades de fomento remarcó: “Yo no estoy poniendo en tela de juicio quién fue el responsable del abuso de la chica, sí cuestiono que dentro de los boliches haya menores”.

Debemos tener tolerancia cero en algún momento sobre estos tipos y si se comprueba, habrá que clausurar el lugar para siempre. Esto para que quien permite que pase esto, no pueda hacerlo nunca más”, agregó.

“Tendrá que haber reuniones más contundentes y serias, que esto sirva para cambiar hacia adelante, que haya clausura definitiva, que estropee el negocio a los señores que cometen los delitos de mezclar menores con mayores”, propuso.

Por último, opinó: “La fiscal hizo las cosas como corresponde, no así el fiscal general. Debería existir la posibilidad de sacarlos cuando el pueblo decide, no que debamos aguantarlo porque habría que hacer un jury. Eso no es democracia”.

La historia continuará…

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