Mientras que el Municipio dejó trascender hace unos 20 días desde el área de Deportes que la reanudación de las obras en el sector de la antigua estructura de la malograda ex sede de Turismo era inminente, los días pasan y los actos de destrozos continúan.
En los últimos tiempos estos hechos se centralizan casi exclusivamente en los alrededores de la nueva estructura. En ese lugar ya no existen parrilleros, puesto que en la semana se desmorono el último que quedaba en pie.
También rompieron un banco y dentro del edificio han vandalizado el tablero de control eléctrico y periódicamente se ven restos de botellas de bebidas alcohólicas y de fogatas que hace unos meses causaron importantes roturas en paredes y techos cuyas consecuencias aún se observan en partes de techado.
Todas estas problemáticas parecen no tener una pronta solución. Mientras tanto se aguarda que efectivamente se puedan reanudar las obras. Si esto se concreta, las autoridades tienen en estudio un proyecto para instalar en el lugar un puesto de la Policía, quizás del Comando de la Patrulla Rural a los efectos de disuadir a estos inadaptados que causan los destrozos.
Precisamente algunos de estos hechos se generarían los fines de semana entre las 6 y las 7.30 horas aproximadamente cuando decenas de jóvenes se reúnen en el lugar con sus autos y motos a escuchar música y tomar tragos. La mayoría lo hace con un verdadero espíritu de diversión, pero cuando se movilizan en grupo nunca faltan tres o cuatro que sólo parecieran pasarla bien si provocan daños. Además de todo lo descripto más arriba, en este lugar donde se juntan los jóvenes se pueden observar a todos los árboles con signos de haber sufrido fuego.
Tarea para las autoridades y, sin dudas también para las familias.