Estas quejas que hacen públicas algunas enfermeras, tendrían su origen cuando hace unos meses se jubiló quien era la jefa del servicio, y se armó un concurso para cubrir el cargo. Las autoridades de salud vieron la posibilidad de cumplir con un compromiso de campaña y colocar en ese puesto a una enfermera de su preferencia.

Para ello quien tomo el examen fue un profesional de Junín que llego a través de los contactos del director del Hospital. Se presentaron dos mujeres (una de ellas la candidata del gobierno) y un hombre. Además del examen también se tomarían en cuenta los antecedentes de formación y laborales y, lo que resultaría fundamental,  la votación de todos los enfermeros del nosocomio.

Los resultados en todos los rubros fueron contundentemente favorables al enfermero, y ante la demora en confirmarlo para asumir el cargo, los propios compañeros gestionaron la presencia del Sindicato, en este caso ATE, quienes solicitaron tener acceso a toda la documentación, que avalaba los derechos bien ganados por este profesional muy apreciado por todos los trabajadores del Hospital.

Ante estos hechos, las autoridades no tuvieron otra opción que reconocer los resultados del concurso y designar como Jefe de Enfermeros a quien legítimamente se lo gano.

Entonces para cumplir el compromiso político con la enfermera que no obtuvo el cargo, le inventaron un cargo como Supervisora y, a partir de ahí debieron soportar los reclamos de quienes se sienten con los mismos derechos que esta profesional, y entonces nombraron algunas Supervisoras más para calmar la protesta, generando este caos que se denuncia públicamente en las redes sociales.

Pobre nuestro Hospital: ¿Quién podrá salvarlo?