Se reunió con los jefes comunales del Frente Renovador. Se habló de los contactos con kirchneristas.
Sergio
Massa se paró delante de los 19 intendentes que lo acompañan y dijo: “ustedes
tienen que ser los protagonistas de la campaña. Muestren lo que hacen en sus
municipios, caminen, estén más presentes y aprovechen el éxito. Hay un
electorado al que todavía no pudimos llegar”. El candidato a diputado del
Frente Renovador puso la vara muy alta: les pidió que trabajen como si para
ganar las elecciones generales hubiera que sacar 45 puntos. “Si lo hacemos, si
reforzamos el interior y cuidamos el conurbano, vamos a estar entre 40 y 42”,
se entusiasmó.
Uno
de los jefes comunales más cercanos al tigrense comentó luego del asado que se
hizo en un restorán del Camino de los Remeros que una cifra así marcaría un
antes y un después en la política de la última década y sugirió que colocaría a
su líder en carrera para 2015. “Superar los 40 sería una hazaña porque estamos
enfrentando al aparato oficialista, al nacional y al provincial, y nos pondría
sin escalas como una opción nacional”, dijo a Clarín.
“Sergio, hay intendentes kirchneristas y
filokirchneristas que nos están llamando. ¿Qué hacemos?”, le preguntaron a
Massa dos de sus colegas, uno del interior de la provincia y otro de noroeste
del conurbano.
-“Tomen
café. Escuchen y no hablen. Y, sobre todo, no los expongan. Sean cuidadosos”,
pidió.
Los
contactos entre los caciques del peronismo que el domingo pasado jugaron con la
camiseta del Frente para la Victoria y el massismo son asiduos. Massa no lo
confesará en público, pero apuesta a que muchos de ellos, temerosos de perder
en sus distritos, promuevan el corte de boleta o, directamente, repartan antes
las papeletas locales junto con las nacionales del Frente Renovador. No es un
fenómeno nuevo en la Provincia: ha pasado decenas de veces. Cuando los
intendentes ven peligrar el triunfo suelen dar el salto. Abiertamente o a
escondidas.
En
el asado en Tigre, Massa no dio señales de querer reforzar el tono opositor. Al
contrario: “Hay que salir del discurso de campaña. Tenemos que concentrarnos en
las propuestas. Eso nos ha dado resultados”, sostuvo. El intendente llegó al
asado con una carpeta con un análisis que le hizo su asesor peruano, Sergio
Bendixen, en el que se refleja que muchos de los votantes del Frente Renovador
admiten que se inclinaron por esa opción “porque fue el más claro a la hora de
hablar de la problemática de la inseguridad”.
El
encuentro massista fue dominado por el buen humor. Hubo referencias a Francisco
de Narváez y a la propia Cristina, aunque se alertó sobre el riesgo de mostrarse
triunfalistas. “Estamos frente a gente que no se queda de brazos cruzados
diciendo ‘perdimos la elección, ya está’. Van a ir con todo para adelante y van
a presionar a los intendentes”, contaba anoche uno de los alcaldes que
participó del cónclave.
El
encuentro massista fue dominado por el buen humor. Hubo referencias a Francisco
de Narváez y a la propia Cristina, aunque se alertó sobre el riesgo de
mostrarse triunfalistas. “Estamos frente a gente que no se queda de brazos
cruzados diciendo ‘perdimos la elección, ya está’. Van a ir con todo para
adelante y van a presionar a los intendentes”, contaba anoche uno de los
alcaldes que participó del cónclave.
Por
ahora, los massistas disfrutan de la victoria. Joaquín de la Torre, el
intendente de San Miguel, llegó al asado tarareando una de las canciones
preferidas de La Cámpora: “Los pibes siempre vamos a estar/porque Néstor no se
fue/lo llevó en el corazón/con la jefa los soldados de Perón”. Era tan insistente
que tuvieron que pedirle que se callara. Uno de sus pares hizo referencia al
resultado con una ironía destinada a la Casa Rosada: “Fue parejito, parejito”.
A
la hora de la foto, los intendentes pusieron su mejor cara. Aunque hubo algún
pase de facturas cuando a Jorge Macri le preguntaron por qué se ponía tan
lejos.