A esto se le agrega la mugre que genera al arrojar a la vía pública los excrementos de los pobres perros que mantiene hacinados en su terraza entre escombros y chatarra.
La principal damnificada por estas conductas viene planteando sus reclamos hace tiempo. sin lograr que esta persona cambie su actitud, como así tampoco ha obtenido respuestas de parte de las autoridades municipales.
Como ya hemos manifestado en anteriores notas, esta situación resulta un verdadero combo de la desidia combinada de los particulares y el estado.
La misma vecina que realiza la denuncia, acompañó en su oportunidad un video de los pobres perros en esa terraza, sin lograr hasta el presente llamar la atención de algún organismo que active los mecanismos para terminar con esta crueldad animal, en beneficio de la calidad de vida de todos.
También se mantiene el estado de abandono de un antiguo local comercial con su vereda totalmente rota, lo que obliga a los transeúntes a bajar a la calle para poder seguir su camino.
Y ahora allí deben tener la precaución de no pisar los excrementos que este individuo arroja con total impunidad y desprecio por sus semejantes.
La ubicación, repetimos, es calle Kennedy al 380, casi esquina Mitre, es decir un lugar muy transitado. Por lo tanto se hace necesaria la intervención de las autoridades que correspondan a los fines de concientizar y/o sancionar al vecino por las consecuencias de sus actos con respecto a la sociedad.