Como tantas otras personas que se vieron obligadas a concretar un emprendimiento propio en los difíciles primeros tiempos de la pandemia de Covid, Mariana Vimercatti, oriunda de nuestra ciudad, se puso el overol y creó una PyME familiar parar poder subsistir y salir adelante.
Así nació “CAM”, una iniciativa que crece día a día ofreciendo a sus clientes velas, sahumerios, jabones y productos afines a ese universo tan singular orientado a la búsqueda del relax y el mundo sensorial.
Mariana recuerda el día en que extendió en el piso la primera manta con sus productos. Fue la semilla germinal que comenzó a dar sus frutos de forma paulatina y en la actualidad se mantiene como una genuina fuente de ingresos familiar.
Mariana tiene 41 años, es mamá de Catalina y Agustina, “mis dos nenas” –aunque ya son adolescentes-, según sus propias palabras y trabajaba como acompañante terapéutica con cuidados paliativos con adultos mayores. El distanciamiento social derivado de la pandemia –que comenzó a fines de marzo del 2020- y la incertidumbre por el futuro económico la obligaron a renunciar a su trabajo, reconfigurar su vida cotidiana y convertirse en su propia gestora.
“Me tuve que abocar al cuidado de mis nenas y de mi mamá, Amalia. Estábamos en plena pandemia y surgió la idea de hacer cursos y elaborar velas de parafina”, recuerda. Con el tiempo el proceso de elaboración se fue perfeccionando y la oferta de productos se diversificó: “Después vinieron las velas de soja aromatizadas e incorporamos sahumerios, bombas de esfumación y de apoco estamos agregando santería”.
Orgullosa, Mariana cuenta cómo es el proceso de elaboración de los sahumerios, uno de los productos con más demanda, con empastes propios. “Lo que nosotros ofrecemos es para la limpieza energética”, resume el espíritu de la iniciativa, que comenzó a incorporar productos del rubro santería.
La mayoría de los productos de CAM son producto de la utilización de materia prima propia, como las hierbas naturales. “Nosotros cosechamos, seleccionamos y las ponemos a la venta para la desfumación y La limpieza del hogar”, explica con un cálido relato, que nace de un momento de “impasse” mientras hace los mandados con su madre.
Mariana rescata la faceta humana del emprendimiento y no pierde ocasión en agradecer a las clientas, que con el paso del tiempo se convirtieron en amigas. “Gracias a Dios la respuesta de todas fue maravillosa”, resume, mientras en confianza abre la puerta de su mundo íntimo al recordar a su padre y un hermano fallecidos en los últimos años, y a una hermana que reside en Alemania y con la que no pierde el vínculo familiar a pesar de la distancia.
Con la sencillez que la caracterizó a lo largo del diálogo con este medio, Mariana concluye: “Hemos conocido gente maravillosa y todas las personas de Rojas han tenido una respuesta muy positiva con nosotras. La idea es seguir creciendo y lograr en un futuro no muy lejano poner nuestro propio local”. Que el sueño se haga realidad
“Después de perder a mi hermano, me hizo un click en la cabeza. Vivimos muy acelerados y te das cuenta de que estamos de paso, y nos hacemos problema por cosas que son realmente tontas. Hay que ser agradecido con lo que uno tiene, disfrutando el día a día”, deja a modo de enseñanza de vida.
¡Que el sueño de CAM se siga construyendo a paso firme y las apuestas a futuro se hagan realidad!