En marzo del año pasado, el portal Semanario de Junín publicó una nota donde daba cuenta de la fastuosidad y banalidad que mostraba Pablo Petrecca ante los vecinos, adquiriendo una casa en uno de los barrios más caros de la ciudad y haciendo refacciones dignas de una mansión, cuando la economía ya mostraba signos de derrumbe y la gobernadora María Eugenia Vidal pedía a su gente “muestras de humildad”.
En ese marco, el intendente, a dos años de asumido como tal, mostraba un despilfarro de placeres propios de una estrella de Hollywood y no de un funcionario al servicio de la gente. Ostentosos cuartos con vestidor, aires acondicionados por doquier, jacuzzi y ducha escocesa, pileta de natación, más baños que gente, sótano acondicionado para proyectar películas, entre otras veleidades.
Invitado por SEMANARIO a la ronda de entrevistas a los precandidatos a intendente, desde el entorno de Pablo Petrecca condicionaron el encuentro a que se publicara una desmentida de la nota sobre la fastuosa “Casa de PaPel”.@petreccapablohttps://t.co/Zxz3aQ4cja
— Semanario de Junín ⚠️ (@SemanarioTw) August 1, 2019
La obsesión de Petrecca por salir de ese atolladero en el cual su soberbia lo ubicó, fue tal que comenzó a peregrinar por los diarios, radios y canales de tv locales, negando la situación con laberínticas explicaciones, aunque nunca hizo algo simple: abrir las puertas de su casa para mostrarla.
Quedó demostrado entonces que, hasta la actualidad, el candidato que intenta seducir a los juninenses por un nuevo período, quiere limpiar aquella mancha sin prestar atención a los consistentes yerros como administrador, que son propios de su magra gestión.
Mucho se ha criticado en todos los niveles esta política de “CEO’s” que utilizan los funcionarios de Cambiemos, creídos en que el Estado es una entidad privada. Por ese motivo no conciben que se critique su tarea y para ello saben que la mejor dominación se consigue a partir de la pauta publicitaria.
Es por ese motivo que Petrecca se maneja como un gerente o tal vez mejor identificado con un “Patrón” a la hora de administrar los bienes de “todos” (una vez más: “todos”) los habitantes de Junín.
Y ha quedado demostrado que el Patrón no acepta preguntas porque sabe que muchas de ellas lo incomodarán y no son precisamente las referidas a sus bienes personales, sino estrictamente a las que tienen que ver con su mandato, el cual debió ser a favor (una vez más) de “todos” y no de algunos sectores utilizados con fines electoralistas.
Hubiera sido interesante para mucha gente enterarse por qué dejó 50 millones de pesos sin utilizar del ejercicio anterior, cuando las salitas de atención de la salud están en modo calamitoso o porqué la inseguridad creció en las afueras del centro y en los pueblos olvidados. Saber por qué nunca hubo un programa de viviendas, un plan de desarrollo integral, una reunión con el colectivo feminista. Porque nunca acompañó codo a codo a comerciantes, industriales y trabajadores angustiados por la demoledora situación económica y siempre se embanderó con quienes le dieron el poder del marketing para llegar al poder.
Sin embargo, y como buen Patrón, Petrecca optó por no dar explicaciones sino excusas, las cuales han sido escuchadas obedientemente en este tiempo, incluso por dirigentes de entidades que prefirieron compartir la foto antes que defender a sus representados.
Exorbitantes gastos en publicidad
Pero el silencio a la requisitoria del Patrón cuesta un dinero que lo pagan todos los juninenses, le guste o no a Petrecca y su cohorte de funcionarios, amigos y parientes. En el mes de junio, la Municipalidad gastó poco más de medio millón de pesos en publicidad destinada a los medios afines para dejar sin efecto cualquier tipo de crítica que pudiera empañar la “gestión de la careta”.
Acuciado por las encuestas que le daban por perdida la intendencia en las PASO, ahora en el mes de julio Petrecca repartió un 35 por ciento más de pauta publicitaria y otro tanto para agosto que, incluso, facturó por adelantado según consta en la página de gastos de la Municipalidad.
Entonces, los 563.000 pesos de gastos de publicidad se transformaron en 747.000 pesos para julio y otro tanto para agosto, demostrando que la campaña del precandidato tendrá casi 200.000 pesos más aportados por todos y cada uno de los juninenses que les guste o no “Juntos por el Cambio” (ex Cambiemos).