Hace unas semanas, el intendente Claudio Rossi anunció la urbanización de dos sectores de la ciudad, ubicados en el barrio Progreso, uno de ellos conocido como “Villa Corina”. Desde ese anuncio nada se ha hecho aún. Y este portal, en su recorrida habitual por los barrios, tomó imágenes de las casas y casillas que hay tras el terraplén de las vías del exferrocarril Urquiza.
Allí año tras año se van sumando viviendas, unas encima de otras, sin respetar espacios y sus “dueños” las levantan como pueden, con ayuda oficial o sin ayuda, pero levantan un hogar donde cobijar a su familia, aunque ese techo no sea digo, pero es un techo al fin.
Conexiones clandestinas de servicios, niñas y niños en condiciones infrahumanas, perros y otros animales, son el paisaje habitual en la intersección de las vías del Urquiza y del exferrocarril San Martín. A metros hay un pozo de agua que actúa como aliviador cada vez que llueve torrencialmente. También pueden verse varios autos abandonados y hasta un colectivo. Se han armado mini basurales, los cuales son un peligroso foco infeccioso para animales y humanos.
Este sector, perteneciente al barrio La Loma, en el límite con el barrio Santa Rita, también debería ser urbanizado para garantizarle una mejor calidad de vida a las personas que allí viven, sobre todo al universo infantil y adolescente. Este es el Rojas que no miramos o que no quieren que veamos.
Los vecinos piden siempre que se limpien las vías y hasta se preguntan por qué solo cortan el pasto hasta el terraplén, del lado de la Pista de la Salud. “Acá también es Rojas”, dicen con cierta bronca e impotencia. Es imperioso comenzar ya con un plan de urbanización.