El lunes que pasó integrantes del Municipio de Rojas viajaron a Exaltación de la Cruz para mantener un encuentro con el ministro de Educación bonaerense, Alejandro Finocchiaro. La comitiva local estuvo representada por la secretaria de Promoción Social, Nora Calderone; la directora de Educación, Cecilia Acerbo; la presidente del Consejo Escolar, Claudia Rhalf y el inspector general Tersilio Cattáneo, aunque este último fue como fotógrafo y para ser chofer de las tres mujeres.
Llama la atención que estos funcionarios se trasladen a otra ciudad, teniendo en su propio gabinete a una maestra jubilada que asesora en Cultura y Educación por 15 mil pesos mensuales, según un contrato que fue firmado por el propio intendente Claudio Rossi y la asesora en cuestión, Ana Lía Révora, que por cierto hizo entrar a trabajar a su hija como jefa de la Oficina de Licencias de Conducir y a su pareja para tareas de mantenimiento.
Finocchiaro centró su discurso en problemas de actualidad y aconsejó “no alejarse de los estudiantes”. También pidió que se levanten los niveles y que se vuelvan a resaltar valores perdidos hace tiempo, como por ejemplo el respeto de los alumnos y padres a los docentes.
El estado del Estado (Educación). Recientemente el gobierno de Cambiemos presentó un extenso documento en el que detalla cómo estaba el país a finales del año pasado. Lo llamaron “el estado del Estado”; en éste, hace referencia a que en la era K “la educación pública tenía severos problemas de calidad y no lograba garantizar la inclusión y la igualdad de oportunidades”.
Las mejoras presupuestarias de los primeros años de la gestión anterior no se veían reflejadas en una escuela que garantizara los aprendizajes fundamentales para el desarrollo integral de todos los niños y jóvenes del país. Por todo el país se encontraron escuelas con severos problemas de infraestructura, maestros que no tenían suficiente capacitación, alumnos que aprobaban sin aprender y padres que no se comprometían.
Durante muchos años, Argentina fue líder regional en muchos de los indicadores educativos. Entre ellos, la cantidad de años de estudios por habitante o el índice de analfabetismo. En diciembre de 2015 estaba en el promedio. En otros indicadores, como el porcentaje de cobertura en la escuela inicial, Argentina se ubicaba detrás de países como México, Perú y Uruguay. Mientras México tenía una cobertura del 81%, en la Argentina sólo el 72% asistía a la escuela inicial.
En las pruebas de calidad educativa de nivel primario que realiza el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa de Unesco, entre 2006 y 2013, Argentina tuvo progresos escasos o nulos en lectura, matemática y en ciencias. Los resultados estaban por debajo de los de Chile, Costa Rica, Uruguay y México y en algunos casos detrás de Brasil, Colombia y Perú.
En las pruebas PISA, por otro lado, Argentina estaba, en el año 2012, entre los peores ocho países de los 65 sistemas educativos participantes. Desde su primera participación en el año 2000, el país no había mejorado su desempeño en ninguna materia. En el mismo período, otros países de la región, como Chile y Perú habían mejorado significativamente.
Todos estos son graves indicios que marcan que es necesario reconstruir el esquema educacional actual, destrozado por la vieja gestión.