Un grupo de colaboradores se encuentra desde hace un par de meses en el arduo pero placentero trabajo de censar el arbolado público de la ciudad cabecera, una loable tarea que coordina la ingeniera Verónica Vázquez para tener información precisa de los ejemplares de las veredas y canteros, su salud y estado general.
Como se sabe, cada verano aflora el debate del gran calor que tiene lugar a falta de árboles en la mayoría de las veredas, y los que están son de poca copa y su función pareciera ser simplemente ornamental.
Con este censo se busca obtener datos para intervenir en una necesaria reforestación por múltiples motivos: el acuciante calor en verano, la restauración de la flora y la fauna urbana, más ornamentación, sombra y oxígeno, componente vital para el desarrollo de la vida.
Además del efecto beneficioso para el ecosistema en general, ya que aportará más humedad, una mejor captación del dióxido de carbono y una agradable vista en medio de tanto cemento.
El grupo que coordina Vázquez está conformado por Santiago Molina, Berenice Mayoral, Joaquín Camino, Silvina Ciro, Norma Suárez y Alejandro Alberti, quienes de forma colaborativa recorren todas las calles de la ciudad y los canteros públicos de las plazas para censar cada árbol en pie, medirlo y tomar datos de su estado. Con la contabilización, también se tendrá una idea de los ejemplares que faltan colocar.
Es urgente tomar conciencia de la situación por la que atraviesa el arbolado público, las veredas que no cuentan con ni un solo ejemplar y los árboles que están enfermos. Es preciso que cada casa que cuente con árboles en sus veredas los atienda, los rieguen y hagan las consultas pertinentes con los responsables del área de Parques y Paseos ante la menor duda. El arbolado urbano es responsabilidad de todos y todas.