Finalmente este 21 de septiembre se celebró el Día del Estudiante en el predio del Prado Español, donde miles de jóvenes pudieron disfrutar una jornada con amigos en un lugar con todas las comodidades, donde desde el Estado se les puede garantizar su seguridad. 

Todo esto pese a dos grandes flagelos como el alcohol y los delincuentes que se mezclan en la multitud. La combinación de estos factores generó algunos incidentes que amenazaron con empañar la fiesta.  

Contra esto debieron batallar las autoridades municipales del área de deportes, los miembros de la seguridad privada, la policía comunal, los inspectores, los bomberos, el personal de salud y hasta los mismos jóvenes que deseaban que todo transcurra en relativa calma. 

En cuanto al descontrolado consumo de alcohol, la primera responsabilidad pasa por los padres, por la contención familiar que no existe, más allá de lo que pueda hacerse desde el Estado para morigerar las causas de esta problemática. 

Y sobre las personas que ayer deambulaban por el predio con el solo objetivo de generar disturbios, resulta que son los mismos marginales de siempre, cuya presencia no se puede impedir pero que una vez que están dentro obligan a las autoridades a seguirlos de cerca para prevenir males mayores y esto fue lo que sucedió ayer. 

Fue denonado el esfuerzo que se hizo para que el accionar de esta gente que, lo decimos sin eufemismos, vive del delito; no lograra su objetivo de arruinar los sanos festejos. Para que no  queden dudas estas personas no son jóvenes, no deben estar ahí, han sido protagonistas de casi todos los últimos allanamientos que hubo en la ciudad por drogas y robos de motos, todos los conocemos. Y vaya aquí un párrafo para nuestra justicia, porque la policía investiga y los arresta para que luego sean liberados a las pocas horas, burlándose de la sociedad. 

En un momento -allá por las 19 horas- el propio secretario de Deportes, Claudio Cuello debió subir al escenario para solicitarle a la multitud que aíslen a estos violentos que querían detener la fiesta. 

Y fue gracias a ese esfuerzo conjunto, repetimos de autoridades y jóvenes, que todo pudo seguir adelante. No obstante tener que atender a personas lastimadas por alguna pelea y a jóvenes victimas del exceso con el alcohol. 

En ese sentido se debe destacar la labor del personal del Hospital que instaló prácticamente una sala de guardia en el lugar con todos los medios técnicos y humanos para brindar una excelente atención. 

Sin dudas se deberán seguir ajustando detalles de las futuras organizaciones, recogiendo estas experiencias, pero visto la dedicación que le han puesto las autoridades con el propio Claudio  Cuello, instalado con su equipo desde temprano en el predio hasta que finalizo todo, más la buena predisposición de la mayoría de los jóvenes estudiantes secundarios; seguramente se lograra mejorar con estas dos cuestiones del alcohol y la presencia de delincuentes que no tienen que estar allí. 

Lamentablemente debemos referirnos a estas situaciones, quedando para otro informe la información sobre las bandas musicales que hicieron disfrutar a la multitud de jóvenes que se acercó a eso a disfrutar.