Por Martín López Lastra,
Parece instalarse en territorio bonaerense el famoso juego de lanzar la piedra y esconder la mano. Esto se traduce en los tibios lanzamientos y relanzamientos de candidaturas que luego no son efectivamente avaladas por los principales interesados. Hacen hablar a ciertos integrantes del círculo íntimo, quienes saben de antemano que pueden ser descalificados hasta salvajemente si realmente esto es funcional a las necesidades del candidato.
Esto ocurre con quienes hoy son los principales competidores por el poder provincial. Tanto Daniel Scioli como Francisco De Narváez acuden permanentemente a esa estrategia. La misma puede servir como recurso de preservación, pero a la larga puede esmerilar imagen y credibilidad. Capitales intangibles estos que son los más sagrados en el contexto de una sociedad política y de la información.
Mientras ambos se pelean por determinar quien está dos puntos arriba o abajo en las encuestas -cuando se ha probado en junio de 2009 el papelón de las metodologías respecto de intención de voto-, se producen determinados actos simbólicos mediante los cuales se dejan a la interpretación política de terceros si se trata o no de un lanzamiento concreto. En el caso de Scioli, a la reelección y en el caso del empresario y diputado nacional, a su segunda oportunidad, tras la derrota y tercer puesto en el 2007.
En cuanto al mandatario provincial, apareció esta semana el referente de la presentación del propio Scioli en las denominadas redes sociales en internet como facebook, twitter y otras. Se aludió a ese acto como un lanzamiento virtual de campaña a la reelección.
Lo concreto es que el gobernador ya lanzó hace varios meses su imagen y nombre en esas redes que ya funcionan como soporte de comunicación formal de la publicidad de los actos de gobierno, donde se observa una sistemática y reflejo de otros trabajos de difusión como comunicados, anuncios de agenda de gestión y demás.
Se acude al método de la mistificación. Esto es cuando se señalan medias verdades, sugiriendo que se está diciendo toda la verdad. La parcialidad real que se extrae de todo esto es que concretamente hay virtualidad por tratarse de redes sociales en internet, pero nada más que eso.
Pero el sciolismo seguirá nutriéndose con aquellas especulaciones que le son funcionales y no le provocan desgaste. Porque saben que siempre a la vuelta de la esquina podrán señalar que no se trata de ninguna postulación y que todo corre por cuenta y responsabilidad de esos terceros. Ahora, si de la interpretación surge algo favorable como, por ejemplo un incremento en las encuestas, por supuesto que serán socios en las ganancias.
El caso de De Narváez pareciera ir por carriles similares. Sin embargo la diferencia se nota en que es el propio dirigente quien se expone, en algunos casos, más personalmente en este sentido. Fue él quien en más de una ocasión ratificó, se desdijo y volvió a confirmar que su máxima aspiración es presentarse nuevamente como candidato a gobernador.
De Narváez también deja correr versiones o se ilusiona con tener más centímetros de columna con interpretaciones acerca de postulaciones concretas. Mientras tanto, aprovecha la requisitoria periodística donde el interrogante aparece en forma persistente. Y pese a señalar en más de una ocasión que se postulará en
Y vale decir que desde su círculo íntimo han salido no sólo versiones o trascendidos, sino afirmaciones acerca de la eventual participación en internas. Especie esta que desde las últimas semanas no presentaría mucho consenso en ese espacio. Sin embargo, durante varios días, sea por desprolijidad o por audacia, más de un dirigente apostaba a que esa sería la decisión final del referente anti k. Ahora, tras la recreación del espacio peronista federal, esa hipótesis se disuelve.
En concreto, y ambos deben aceptarlo, hace ya varios meses que hay un lanzamiento fáctico de campaña y así es percibido por los bonaerenses. Desmentir esa cuestión, o señalar que no es tiempo de hacerlo, no se muestra como coherente con una imagen sumada a la sinceridad en el discurso.
El 29 de junio, primer aniversario de las elecciones en que el kirchnerismo fue derrotado en Provincia, tal vez sirva de dispositivo para el lanzamiento formal de De Narváez. Pero el escenario no es de los mejores con la ausencia importante de la gente de felipismo que formó parte de esa aventura política con final feliz.
Pero las presiones de los tiempos parecen que no le darán otra alternativa a alguien que si quiere ganarle a un poder consolidado deberá construir a paso firme sin mayor demora.
De la vereda de enfrente tiene un rival con la ventaja de presentar gestión funcional a la campaña. Algo que, en realidad, ha funcionado así desde hace varias décadas.
Por su parte, Scioli intenta ignorar las amenazas, cada vez más concretas, de relanzamiento del debate salarial. Algo que no se encuentra en su agenda y que ha hecho saber a través de sus funcionarios. Pero el receso invernal parece que no operará como tregua, sino como periodo de tensión, según aventuraron algunos dirigentes gremiales.
La inseguridad parece presentarse como el talón de Aquiles y es tal vez aprovechado por la oposición. Sólo en ese sentido se pueden interpretar ciertas concesiones como la convocatoria a espacios de discusión amplios y participativos donde distintos partidos exponen sus criterios. Tal vez con el sentido de sumarlos a la foto de las frustraciones compartidas. Pero la distancia entre el aporte de ideas - que hacen los opositores en esos escenarios como el Consejo de Seguridad- y su aplicación y ejecución concreta, es enorme.
Esto permite afirmar, aunque no como gran descubrimiento, que el camino hacia la reelección será espinoso y que, además de los imprevistos que puedan aparecer en la gestión, están las demás cuestiones ligadas a las tensiones extras que pueda provocar el kirchnerismo en su demora por decidir si Scioli queda definitivamente habilitado y si lo hará como delfín exclusivo o compitiendo con otros integrantes o reingresados al espacio que vienen pidiendo la palabra hace ya un tiempo.
Fuente: NOVA