AVELLANEDA
(www.RojasCiudad.net) Son las 2
de la mañana del domingo 3 en la Unidad de Pronta Atención de Avellaneda. Hace
frío y don Mario, de 85 años, se siente mal. Su hija lo llevó para que le tomen
la presión. La chica de admisión les pide los datos: nombre, apellido, número
de documento. Él no contesta, no tiene ganas. De pronto su hija dice:
“Disculpame ¿Vos sos Elba?”. La ganadora de Masterchef, Elba Rodríguez (24), sonríe
y asiente. Don Mario, que tuvo restaurante 20 años parece despertar. “Ahí
empezó a hablar como una cotorra”, cuenta Elbita, que vive su fama con
naturalidad zen.
Hace
4 años, el gobernador y candidato a presidente, Daniel Scioli , mandó a construir
unidades de atención sanitaria a partir de una idea que había visto en las
favelas de Río de Janeiro. Son centros de salud a mitad de camino entre una
salita sanitaria y un hospital, modernos, bien equipados y especializados en
emergencias.
Hoy
ya son siete las construidas en distritos bonaerenses. Abren todos los días las
24 horas. Cuando abrió la de Avellaneda, Elba, que tenía 21 años, se anotó como
administrativa. Eligió el área de admisión, así que es la primera persona que
te atiende cuando llegás a la UPA. “Es que me gusta el contacto con la gente y
para atender a los enfermos hay que tener un carácter positivo”.
Le
tocó trabajar de noche los sábados, domingos y feriados. No se lamentó, al
contrario, porque para ella “quejarse es perder el tiempo y el tiempo es algo
muy valioso”, dice y remarca la palabra “valioso”, como si fuera una sabia o
una filósofa pero no, es una muchacha del Conurbano, mide poco más de un metro
cincuenta, es hija de una pareja de inmigrantes bolivianos y saltó a la fama
desde la pantalla de Telefe por sus habilidades en la cocina de Masterchef, un
reality importado del Reino Unido.
En
una final que Mariano Peluffo calificó cientos de veces de “electrizante” ganó,
el 27 de julio pasado, 250 mil pesos, una beca en prestigiosa escuela de
cocineros y la edición de un libro con sus recetas. Sin embargo, ella dice que
seguirá trabajando en la UPA Avellaneda que atiende unos 7.000 pacientes por
mes, casi 4 mil, chicos. Asegura que seguirá estudiando enfermería, como lo
hicieron sus dos hermanos mayores, que ya se recibieron y trabajan de eso.
Amanece
en la UPA. Llega una mamá con el nene en brazos. Elba le toma los datos. Es
cordial y se concentra en lo que hace. Entre el apellido y el documento la
mujer no se aguanta y le dice “después me firmás un autógrafo”. Desde que está
en la tele situaciones como esa son moneda corriente.
“Estamos
muy orgullosos de contar con Elba que, de algún modo, representa a muchos
trabajadores anónimos que engrandecen la salud pública de la Provincia. Y todos sabemos que el recurso humano es lo
más importante que podemos ofrecer a quienes están enfermos”, dice el ministro
de Salud de la Provincia, Alejandro Collia, que a raíz de la difusión mediática
del reality conoció a Elba y la llamó para felicitarla.
A pedido del público
Si
Elba hiciera todo lo que le piden sus compañeros de la UPA Avellaneda no podría
atender a ningún paciente: estofado de conejo, sopa de maní, tortas caseras,
lasagna. Le piden al paso, como si fuera un restó ambulante y ella dice que sí
a todo.
“Ya
nos hizo arroz con pollo y varias tortas, es una grossa”; dice Juliana, una de
sus compañeras del sector admisión. Cuando ve cámaras y periodistas para
entrevistar a su compañera se agita, quiere hablar, no tanto por afán de
protagonismo sino más bien porque quiere decir cuánto admira a Elba al punto
que se le llenan los ojos de lágrimas: “Es del otro mundo: yo llego los lunes a
las 7 de la mañana y ella estuvo despierta toda la noche atendiendo ¿Podés
creer que te hace chistes? Tiene un humor envidiable y si te descuidás, antes
de irse te hace una torta.
A
Elba le enseñó a cocinar su mamá. Desde los 9 años tuvo que hacerse cargo de la
cena familiar porque sus padres trabajaban. Pronto le tomó el gustito al asunto
y su madre asumió que la habían destronado porque ahora la cocina era el reino
de su hija menor. Por eso este año le insistió para que vaya a la tele.
“Cuando
me dijeron que convocaban para Masterchef pensé que era para gente que había
estudiado cocina, eso me dio un poco de rechazo”, confiesa ahora. Pero después
supo que era un concurso amateur y se anotó.
Dice
que no pensaba ni remotamente en llegar a la final. Pero fue más allá. Y
encima, era la candidata del pueblo. En foros y redes sociales se ponderaba su
sencillez, su humildad, su sensibilidad y la buena mano para cocinar. A tal punto
que algunos sintieron que el triunfo de Elba reivindicaba al país tras la
derrota en el Mundial. Basta con ver un fotomontaje en el que Mascherano parece
decirle a Elba: “Hoy te convertís en héroe”.
Pero
¿Por qué vos, Elba? ¿Cuál es tu secreto? “No sé…en realidad me parece que les
gustó que yo no renegara, renegar no sirve de nada, te oscurece el alma”,
explica. Cuando se le pide un secreto culinario revela que en cada plato hay
que arriesgar algo, jugar con los condimentos y tener siempre a mano la nuez
moscada. A la hora de los consejos
responde: “La primera vez que hacés algo no te sale del todo bien, pero hay que
seguir, no bajar los brazos”. Eso es útil para la cocina y para la vida.
(www.RojasCiudad.net)