Hace seis años se votaba en la Cámara de Diputados de la Provincia un proyecto de ley para establecer el boleto estudiantil en territorio bonaerense, cuyo autor fue el exlegislador Gustavo Vignali.
En su exposición en el recinto de la Legislatura, el rojense decía: “Es un momento histórico para esta Casa, porque estamos aportando una herramienta de vital importancia en búsqueda de una política más democrática en nuestra provincia”.
“Hoy estamos tratando el boleto educativo y esto obedece a una bandera de lucha del movimiento estudiantil mundial, que en nuestro país tuvo un capítulo muy particular; un hecho tan triste como doloroso cuando una decena de estudiantes, menores de 18 años, aun adolescentes, en lo que recordamos como ‘La Noche de los Lápices’ y fueron en aquel momento sindicados como potenciales subversivos, fueron secuestrados, torturados y mucho de ellos asesinados”, reflexionó y agregó: “De aquella amarga historia surge una lucha estudiantil por garantizar el boleto estudiantil sostenido a lo largo del tiempo en el regreso de la Democracia en 1983 con Raúl Alfonsín a la cabeza”.
El proyecto contempló el boleto para estudiantes de todos los niveles, desde el inicial pasando por el primario, secundario, terciario, universitario, de bachilleratos populares, de formación profesional tanto de la órbita pública como de la órbita privada por parte del Estado. El medio de transporte es abarcativo al ferroviario, fluvial, colectivo urbano e interurbano, hasta de larga distancia.
“Estamos garantizando el derecho a la educación que es un precepto constitucional, así lo determina también la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la Convención Americana de Derechos Humanos, la Convención Sobre los Derechos del Niño, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Educativos, Sociales y Culturales; todos con jerarquía Constitucional”, profería Vignali en la Legislatura.
“Estamos haciendo un aporte para facilitar el acceso a la educación y garantizar la igualdad de oportunidades, para disminuir la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen, entre los que más aprenden y menos aprenden en concepto de capacidades, conocimiento, progreso, desarrollo. Estamos haciendo un aporte a la igualdad de oportunidades; sabemos las dificultades que tienen muchas familias argentinas que muchas veces no pueden llegar a pagar ese boleto que a veces significa el abandono y la deserción escolar; sabemos también los que provenimos desde el interior los esfuerzos que deben hacer nuestras familias para facilitar el acceso a centros universitarios”, completó.
La Noche de los Lápices
Se conoce como la Noche de los Lápices a una serie de secuestros y asesinatos de estudiantes de secundaria, ocurridos durante la noche del 16 de septiembre de 1976 y días posteriores, en la ciudad de La Plata. En total diez estudiantes secundarios fueron secuestrados por grupos de tareas de la dictadura gobernante, de los cuales seis fueron asesinados sin que sus restos se hallaran hasta la fecha: Claudio de Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel A. Racero y Horacio Ungaro. Los cuatro sobrevivientes fueron Gustavo Calotti, Pablo Díaz, Patricia Miranda y Emilce Moler.
Este suceso, fue uno de los más conocidos entre los actos de represión cometidos por la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983), ya que los desaparecidos eran estudiantes, en su mayoría adolescentes menores de 18 años, que fueron torturados antes de ser asesinados. La CONADEP estableció que la policía bonaerense había preparado un operativo de escarmiento para los que habían participado de la campaña por el boleto estudiantil, considerada por las Fuerzas Armadas como “subversión en las escuelas”.