Se renuevan 35 escaños en el Congreso, 23 y 46 en el Senado y
Pero son las peleas internas por las candidaturas "a salir" en
Por eso, por estos días de definiciones los armados electorales crujen con riesgos de fracturas.
Como si conciliar las aspiraciones de tres socios no fuera ya arduo, en el espacio que nuclea a los sectores referenciados en Carrió, Cobos y
Así, en ese espacio casi lo único acordado es que Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín encabezarán la nómina de diputados nacionales. Para definir las postulaciones a
También entre los grupos referenciados en los peronistas disidentes Francisco De Narváez y Felipe Solá y en el Pro de Mauricio Macri las tensiones que se van acumulando amenazan con estallidos. Con sólo diez lugares "segurísmos" en sus cálculos, la confección de la lista al Congreso que encabezarán el empresario y el ex gobernador se ha transformado en una pulseada interminable. Y no parece haber forma de cerrar acuerdos para los Concejos.
En medio de los tironeos, crece en los espacios opositores la idea de recurrir al invento electoral que el kirchnerismo usó a fondo en el 2007, las listas colectoras. Por ese mecanismo un sector político presenta, por ejemplo, dos boletas, ambas encabezadas con la misma lista de candidatos a diputados nacionales, pero con nóminas distintas para legisladores provinciales y/o para concejales. Y, por supuesto, una fuerza puede presentar dos, tres o la cantidad que quiera de colectoras.
La experiencia del 2007 mostró que el mecanismo puede ser relativamente útil para el fin que el kirchnerismo buscó con su utilización: traccionar votos para los candidatos principales (en esa ocasión, la postulación presidencial de Cristina Kirchner). Pero dejó en evidencia, también, que es una jugada de "política mezquina": las colectoras reparten entre tantas variantes los votos potenciales de un sector, que éste termina consiguiendo menos legisladores provinciales o menos concejales de los que hubiera obtenido con una sola lista para esos cargos. Según ocurrió en muchos casos, las colectoras no llegaron al piso de votos necesario para conseguir bancas, pero les restaron sufragios a las listas "originales" del sector.
El mecanismo genera, también, comprensible confusión en el electorado y puede terminar siendo una "lotería": no todos los votantes están advertidos de que hay más de una boleta de una determinada fuerza (con distintas ofertas para, por caso, concejales) y pueden terminar colocando en el sobre la primera que vean en el cuarto oscuro.
Fue a partir de la experiencia del 2007 que los intendentes peronistas del FpV se juramentaron que este año no aceptarían que Néstor Kirchner les impusiera "colectoras". Sin embargo, en estos días en Olivos y en
En los espacios opositores, como se dijo, la razón para apelar a las colectoras sería otra: la "imposibilidad" de los dirigentes de nivel municipal y regional de ponerse de acuerdo para hacer listas únicas. Pero, desde ya, a los candidatos a diputados nacionales no les disgustaría la posibilidad de sumar, de ese modo, más votos para sus nóminas.
En la justicia electoral, en tanto, no tienen dudas. En las elecciones del 2003, 2005 y 2007 hubo el mismo número de votantes por mesa -400- pero sólo en el último turno se produjo el desastre: en casi todos lados la gente debió hacer colas de hasta tres horas para sufragar y en muchos lugares se terminó de votar pasadas las 9 de la noche. Los organizadores de los comicios, entonces, creen que fueron las colectoras y las listas espejo, que provocaron que hubiera una cantidad inconcebible de boletas en los cuartos oscuros, lo que obligó a los votantes a buscar durante largos minutos la que quería, y la razón de semejantes demoras.
Pero así están las cosas. Empezó la primera ronda del baile de las sillas. La de las candidaturas. Y si hay menos que bailarines, es cuestión de poner más. El tema es que en la segunda y última ronda del baile -en las urnas, por los cargos- ya no se podrán agregar asientos. (Fuente: EL DIA)