Hace ya varios años que no se estaba renovando la demarcación de los reductores de velocidad ubicados en distintas arterias de nuestra ciudad, principalmente en las que a mayor velocidad circulan los vehículos, como avenidas y bulevares.
Esta falta de mantenimiento provoco que, en la actualidad estos elementos constituyeran un peligro para quienes no conocían su ubicación y se lo llevaban literalmente por delante.
Incluso en la Avenida Tres de Febrero se optó por quitarlos en ocasión de las obras de repavimentación.
Por ahora se ha visto que se comenzó con el que está ubicado en Tormey entre Lamadrid y Necochea. Como dice el dicho popular: “más vale tarde que nunca”.