Es notorio el abuso de poder que hacen algunos funcionarios pasándose las leyes y normas de tránsito por donde no les da el sol. Hacen caso omiso, no cumplen con lo que ellos exigen a los demás y no son ejemplos morales para ser funcionarios públicos.
Tal es el caso del director Municipal de Tránsito, el mecánico Ramón Castro, especialista en alineación y balanceo, quien estaciona su coche donde quiere y cuando quiere, infringiendo la ley en toda ocasión. “Ramón no le erra a una sola ley, las esquiva a todas”, decía un vecino que ya no se asombra de las actitudes de Castro.
En una oportunidad se vio la ‘nave’ roja estacionada en la zona pintada de amarillo, en pleno centro de la ciudad, en la esquina de la Avenida 25 de Mayo y Leandro Alem, para ser más precisos. Cabe señalar que allí hay una cámara de seguridad domo, aunque no se sabe si funciona, dado que la mitad de los artefactos no lo hace y el Centro de Monitoreo está prestando servicio a la mitad de su capacidad.
Hace unos meses vinieron a Rojas capacitadores del Ministerio de Seguridad de la Provincia, y no se aprovechó la visita para ‘educar’ a Ramón en cuestiones tan elementales como dónde estacionar su auto, y también decirle a Núñez que haga funcionar todas las cámaras para avisarle a Ramón que allí no se puede estacionar.
Parece ser que para poder integrar el gabinete municipal del intendente Claudio Rossi, primero hay que saber estacionar mal, en cualquier lado y en la hora que sea. Así lo viene demostrando el Director de Tránsito, Ramón Castro, en reiteradas oportunidades y en distintos puntos de la ciudad.
Lo mismo habíamos advertido con el jefe de Personal, Guillermo Lionetti, quien hacía mandados en horas de trabajo y estacionaba en doble fila en pleno centro, con el tráfico convulsionado. Es lo que tiene en común varios de los funcionarios municipales, sean radicales o del PRO.
En esta oportunidad se lo vio en infracción a Tersilio Cattáneo, quien no se sabe qué tarea cumple pero sí que es funcionario municipal. El susodicho se lo encontró estacionado con su camioneta particular en la esquina de Avenida 25 de Mayo y Julio Iribarne, en pleno centro, igualito que Ramón.
Cattáneo, que en ocasiones transporta escaleras y otras herramientas es, en funciones uno de los encargados de mantenimiento, a veces de tránsito y otras veces tiene tareas asignadas en el Corralón, desde donde sale y entra a cada rato.
Lo lamentable, además de estacionar en cualquier lado, es que parece un “che pibe” de los mandados pero que cuesta bastante caro a las arcas municipales. Seguramente, es nuestra intuición, para ser funcionario de Rossi primero hay que estacionar en cualquier lugar y evadir toda norma de tránsito existente. Castro, Lionetti, Cattáneo, ¿quién sigue?
Fuertes rumores circularon en los últimos días sobre el apartamiento de Ramón Castro de la Dirección de Tránsito del Municipio dada su baja productividad y meritocracia para estar al frente de esa controversial cartera. Las fuentes indicaron que no están cómodos con el trabajo del mecánico especialista en alineación y balanceo, y buscan darle al área nuevos aires, más juveniles.
Sucede que Ramón, quien es el encargado de hacer cumplir las normas de tránsito a la ciudadanía, estaciona su auto donde quiere, no respeta la ley y esa imagen no cayó para nada bien dentro del entuerto PRO-Radical, lo que habría motivado intentar una renovación.
Trascendió que le ofrecieron el puesto al hijo de un funcionario, que ya cumple tareas en la gestión del intendente Claudio Rossi, aunque no se sabe de qué. Se trata del joven Della Savia, hijo del secretario de la Red Vial del Municipio, quien lo colocó merced al acuerdo que realizaron ambos dirigentes para el sello macrista de ‘Cambiemos’.
Della Savia hijo habría dicho “me ofrecieron el lugar de Ramón, pero me quedo donde estoy, que estoy más cómodo”, no queriendo involucrarse demasiado con la gestión más que con el cajero automático al final del mes. Vale recordar que tanto Rossi como Della Savia trabajaron para el Frente para la Victoria, siendo funcionarios del ex intendente ‘Chano’ Aloé, bajo los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Hoy están en la vereda de enfrente.