Este cuento breve fue escrito en nuestra ciudad, en ocasión de regresar por el fallecimiento de un familiar, circunstancia que la llevo a plasmar en estas palabras su estado de ánimo por el veneno que respiramos por la utilización de los agroquímicos.

Transcribimos su contacto y reproducimos su obra:

Gaby López: Les paso un cuento breve que escribí hace dos años aproximadamente cuando, luego de algunos años, regresé a Rojas con motivo de la muerte de mi tía: Graciela Codino. El cuento fue seleccionado para integrar una Antología en Dunken editorial.

Como veo que ustedes luchan en contra de Monsanto, me pareció que podía interesarles y si quieren (y les parece bien) me gustaría que lo publicaran.

Esta selección se realiza a través de la plataforma de la editorial y los/las autores seleccionados participan de manera gratuita. La selección la realizan alumnos avanzados de carrera de Letras y carreras afines como edición, pertenecientes a la UBA. La idea es que tengan su primera experiencia laboral a modo de pasantía.

Cuento: “Como zombis”

Cómo amaba ver ese campo verde vivo: esos árboles, por momentos agrupados. Ese cielo, tan argentino, con algunas nubes salpicadas por ahí… ¿Y los girasoles? ¿No sería la época  todavía?

Llegaba algo agotada, después de un accidentado viaje sin poder dormir habiendo compartido el asiento con el enorme y baboso Golden de sus tíos, después de hacer escala en el Once (los domingos no salían micros para el pueblo desde La Plata).

Los primos salieron a recibirlos. Pasando el zaguán, se enfrentó con la ronda de amigos, vecinos y familiares que parecían salidos del túnel del tiempo. Sus expresiones, ese color algo verdoso ¿de no tomar sol? y esas arrugas como surcos de campo arado, le hicieron acordar a la peli Erin Brockovich. No pudo evitar relacionar la rara enfermedad, que se había llevado la vida de su querida tía, con la empresa transnacional que ahora alquilaba los campos de los chacareros del pueblo. Cual vampiro, les chupaba la sangre fértil para exportar millonarias ganancias al Norte dejando desiertos y muerte a su paso.

Quizás exageraba, pero sus caras -cual máscaras zombis- apenas si se sostenían en esos cuerpos deprimidos y hasta le dio miedo mostrarse saludable! Tenían apenas unos pocos años más que ella.

Quizás exageraba y era nada más consecuencia de la chata vida de pueblo, pero ya no podía dejar de acordarse de los habitantes de Santa Fe y esos casos de cáncer en Ituzaingo.