En Junín parece que no pueden encontrarle solución al flagelo de la inseguridad, más allá de los grandes anuncios en esa materia cuando esporádicamente pueden dar en el clavo, como cuando días atrás se detuvo a cuatro ciudadanos de nacionalidad colombiana que mediante inhibidores de alarmas robaban pertenencias de automóviles.
Según informó el Semanario de Junín, una nutricionista fue víctima por tercera vez de deincuentes en su domicilio del barrio Cerrito Colorado, uno de los más castigados a la hora de hablar de seguridad (o falta de ella). Mientras tanto, una familia era sorprendida por malvivientes en su casa y hasta los niños, de1, 4 y 6 años fueron maniatados por los invasores.
Además, se conocen casos de arrebatos, estafas mediante la modalidad "cuento del tío", apuñalados, robo de motocicletas, entre otros delitos en una Junín que cada día es castigada con distintos hechos de inseguridad.
Lo peor de todo es la mediatización de noticias poco más que intrascendentes, como la incautación de mercadería a vendedores ambulantes de medias o el secuestro de 30 gramos de marihuana. Hay descontento entre los ciudadanos porque lo anuncian como si se tratara de grandes golpes al delito organizado, mientras el común de la gente teme ser víctima de un delito con mucha violencia.
La familia Sans, informa Semanario, sufrió en carne propia la privación de la libertad al encontrarse con la presencia de delincuentes que cerca de la medianoche se metieron en su vivienda y golpearon a los padres de familia y no tuvieron reparos en atar a los pequeños.
Se llevaron joyas de familiares cercanos fallecidos, algo de dinero y las llaves de la casa. Los delincuentes presumían que funcionaba una oficina en la casa, ya que Hernán Sans es contador y creyeron que debía haber dinero, en un meticuloso trabajo de inteligencia que habían desarrollado en forma previa.
Más allá de los daños materiales, la situación atravesada por la familia los hizo sentirse protagonistas de una película de terror. Pero en Junín y en la vida real.
La nutricionista Daniela Esturo también fue víctima de la delincuencia: por tercer vez malvivientes en la noche del viernes sufrió la sustracción de elementos. La profesional contó: “Lo de anoche fue grave, la vez más grave. Yo tenía la alarma puesta y cámaras todas nuevas que pusimos hace poco, que terminamos de poner ese mismo día. Acomodé la seguridad de las puertas y pensaba que con todo eso ya estaba, pero no hay dos sin tres. Yo me fui alrededor de las 20.45 con mi hermana, miré las cámaras por Internet desde mi teléfono y vi que la que estaba instalada en la galería no apuntaba para donde la había dejado, sino que estaba desviada".
Posteriormente fue contactada por la empresa que le provee seguridad a su hogar para darle aviso de que la alarma se había disparado. La policía llegó, me volvieron a llamar diciendo que habían encontrado gente en mi casa que había ingresado rompiendo una puerta. Me volvieron a robar, se metieron adentro, plata ya no tengo más, pero destrozaron la puerta y se animaron a meterse con alarma y cámaras", contó Esturo.
En las filmaciones se ven por lo menos tres sujetos que se movilizaban en un Fiat Palio o un Renault Clio. Los delincuentes se pusieron máscaras para no ser reconocidos
Sobre el final del 2018, los vecinos se renieron con autoridades. el director de Seguridad Luis Chami y el concejal oficialista Andrés Rosa fueron a escuchar los reclamos de los ciudadanos, pero todavía no le encuentran respuesta a los problemas.
Semanario manifiesta que los vecinos siguen desprotegidos y con miedo. "Esta vez trascendió porque les tocó a dos profesionales reconocidos, pero hay muchos más hechos a diario que son convenientemente ocultados. Aunque sin suerte, porque el boca a boca jamás podrán taparlo".