Una farmacia local, ubicada en Avenida 25 de Mayo e Italia, sufrió ataques vandálicos en su vidriera sin ser detenidos los autores de tal hecho. “Qué lejos estamos de la prevención”, dijo una mujer que pasaba por el lugar. “Cómo se educan a los niños hoy en día”, preguntaba un señor que se sumó a la conversación.

Lo cierto es que las calles de Rojas son tierra de nadie y no hay prevención del delito. Todas las semanas se atenta contra la propiedad privada y parece un cuento de nunca acabar. Alrededor de la Escuela Nicolás Avellaneda hay que soportar el robo sistemático a los autos que allí hay estacionados.

También hay problemas a las puertas de los lugares donde se celebran las fiestas, ya que siempre los autos son abiertos y a algunos les roban las pertenencias que hay en su interior o terminan por abollarlos y rayarlos.

Las políticas de seguridad no existen y a casi 11 meses de gestión, el secretario de Seguridad, el inefable abogado penalista Miguel Núñez, no ha presentado el plan por el cual traza sus lineamientos de trabajo. Pero al cajero automático lo visita todos los meses, sin excepción.