El pasado viernes y sábado se llevó a cabo en Rojas una doble jornada nacional sobre agroecología y el basamento de la postura que todos los ambientalistas y pueblos fumigados tienen contra la multinacional Monsanto, que trabaja secando acuíferos subterráneos con el riego a mansalva y la manipulación genética de los alimentos.

Pero más allá de esta cuestión que no deja de ser importante, lo que se destacó fue el amplio operativo policial pergeñado para “controlar a los ambientalistas por si se desbandan contra Monsanto”, fue lo que dijo off the record uno de los agentes apostados sobre la Avenida 25 de Mayo, a metros del TAFS, donde se desarrollaba la movida anti-transgénica.

Obviamente el uniformado no quiso que su nombre saliera a la luz por temor a represalias del secretario de Seguridad, el abogado penalista Miguel Núñez, quien marca de cerca a la policía porque no quiere que se den a conocer estadísticas ni los hechos que se suceden día tras día en nuestra ciudad.

El despliegue fue tremendo, ya que había no menos de cinco móviles policiales dando vueltas en el microcentro y un par más apostados en inmediaciones de la planta María Eugenia de Monsanto, que se ubica sobre la Ruta Provincial 31. Efectivos policiales se contaron unos 30 en toda la planificación contra los “terroristas” que hicieron una asamblea impecable y por primera vez en Rojas se juntaron desde muchos puntos del país para decir “Fuera Monsanto”.

Tanto agente y tanto patrullero merodeando la doble jornada llamó la atención a propios y extraños, aunque como se dijo durante todo el día sábado “esto es un blindaje a Monsanto por parte de las autoridades”, lo cual no suena descabellado, pero el interrogante que surge es el siguiente “¿y los delincuentes que hacen de las suyas y no los aprehenden porque muchas veces no hay personal disponible o no hay combustible?”, parece que la multinacional también tuvo que ver en esta ‘desorganización de la seguridad’ en Rojas.